jueves, 14 de junio de 2012

Avalar con el silencio.


No votar es elegir el silencio. Significa convalidar, en los hechos, el pasado, decir que en realidad, no fue tan malo y que queremos regresar a él; por mas sombrío y doloroso que haya sido.

 Es dar un cheque en blanco a los políticos, reconocer que estamos mal; sí, pero no tanto como para buscar un cambio. Decirles que pueden seguir actuando con plena impunidad porque, aun que la ciudadanía sepa,  lo tolera. 

 Votar en blanco es reconocer que como ciudadanos hemos perdido ante el dinero y la televisión, es ceder en la toma de decisiones a los poderes fácticos, esos que sí participan, que sí toman partido y que nada dejan al azar. 

 No votar es convalidar con la ausencia. Es dejar solos a quienes piden justicia. Es tolerar, implícitamente, las matanzas de Acteal, Aguas Blancas, el 68 y el Halconazo del jueves de Corpus.  Es decir que la reedición del pasado nos gusta, que ni Atenco, los nueve periodistas asesinados en Veracruz en lo que va del año o lo sucedido en la Guarderia ABC son suficientes para asumir la responsabilidad conjunta de poner un alto y buscar justicia. 

 No votar es brindar impunidad, a través de Enrique Peña Nieto, puntero en la mayoría de las encuestas, a Mario Marín, Ulises Ruiz, Humberto Moreira y demás responsables de la desgracia nacional, culpables tanto intelectuales como materiales.

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