jueves, 26 de abril de 2012


Quién soy yo?

Cómo puedo saber que lo que veo es cierto?, Cómo saber que en lo que creo todavía es correcto?

Debemos creer aun cuando sea un acto irracional?

Ya no quiero saber, me siento mal. Quiero seguir creyendo que sí se puede, que no es inútil luchar, que a alguien le importa lo que tengo que decir.

Por qué a nadie le importa? por qué?

Acaso soy yo quien está mal? ya no sé qué creer, no se si sea bueno creer.

Tal vez sea bueno no pensar. Tengo miedo.

Acaso estoy mal yo? De verdad, diganme.

Alguien, quien sea, hableme, digame, quiero escucharlo.


martes, 24 de abril de 2012

Para documentar nuestro optimismo.



Hay cosas que sólo el paso del tiempo nos permiten entender, la experiencia es el único medio para comprenderlas. Cuando era más pequeño leía con cierta indiferencia la sección Por mi madre bohemios, del maestro Carlos Monsivais que aparecía en la revista Proceso.

Leia con extrañeza esa selección de frases, acompañadas siempre de un comentario irónico de Monsivais, por demás chuscas y lamentables de los políticos mexicanos, me parecía que si bien no merecían aplausos tampoco ameritaban ser publicadas en dicho medio. Dentro de Por mi madre bohemios estaba Para documentar nuestro optimismo, la selección de la selección, que al leerla uno esbozaba una leve sonrisa y no de beneplácito sino que ante aquello, no quedaba más que sonreír de la pena.

Leyendo por la mañana el periódico La Jornada, mala costumbre heredada por mi madre, sentí que comprendía por vez primera, y a plenitud, el espíritu de Por mi madre bohemios. La columna de Pedro Miguel (aquí: http://www.jornada.unam.mx/2012/04/24/opinion/022a1mun ) hablaba de como el gobierno de Calderon había ido desmantelando y cediendo la soberanía en materia de impartición de justicia al vecino del norte. Ciertamente nunca había pensado que el proceso de impartición de justicia pudiera ser comprendido como parte de la soberanía de cualquier estado moderno.

Por si fuera poco, y no sin falta de argumentos, el autor pinta un panorama poco alentador en la materia. De ganar Enrique Peña Nieto las proximas elecciones presidenciales, el proceso de desmantelamiento del Estado mexicano, iniciado por Miguel de la Madrid en 1982, estará lejos de detenerse sino que continuara su profundización. Cediendo cada vez más esferas estratégicas a la iniciativa privada, Pemex como el principal articulo de remate del estado mexicano al gran capital extranjero, aunado al hecho de la perdida de soberanía no sólo en materia de justicia, sino también en la materia del auto gobierno de mexicanos para mexicanos. Dicen los clásicos que país que no es capaz de dictarse sus propias leyes no es soberano.

El próximo proceso electoral, tal vez como ningún otro, merece el epíteto de disyuntiva. Estará en juego no sólo el ocupante del ejecutivo federal sino el futuro del Estado mexicano y sus instituciones. Los mexicanos tenemos la decisión de continuar con el modelo, a riesgo de convertir al Estado mexicano en una mera gerencia del extranjero para los asuntos endémicos, o bien, poner un alto y repensar qué México queremos a futuro.

El panorama dibuja un andar sinuoso, un ascenso escarpado. De continuar así y si EPN se alza con la victoria el país, o lo poco que nos queda de él, se diluirá en nuestras manos. No queda más que, citando a Calderón, ser irracionales y mantener la esperanza de que la tendencia no se cumpla. 

Mientras no nos queda más que continuar con el acto tortuoso de continuar leyendo los periódicos para seguir documentando nuestro optimismo.


miércoles, 18 de abril de 2012

Vas a quedar loco.

Vas a quedar loco, me decían.

Debo reconocer que me lo dijeron, sobre advertencia no hay engaño.

Siento que la realidad me traga, no puedo evitarlo, siento nervios, no sé qué pensar. Ya no quiero.

Estoy estresado, mi quijada está tensa.

Estudio sociología, busco respuestas pero sólo encuentro nuevas preguntas.

No me gusta leer teoría, prefiero la historia, de México sobretodo. Quiero aprehender la realidad, sí, con H.

Quisiera evitar la debacle, si llega, me sentiré responsable de ella, no quiero.

Leo tanto como puedo los periódicos, sobretodo La Jornada, he empezado a leer un poco Milenio pero me confunde, no sé qué pensar.

Quisiera no hacerlo, entregarme a lo sensible, no pensar, eso me provoca miedo, inseguridad a futuro.

Me gusta la historia porque es algo que ya pasó , lo puedo manejar, controlar, eso siento. Quiero cambiar el mundo, hacerlo más justo.

Dicen que la victoria de EPN es inevitable, otros dicen que lo anterior es una treta para hacernos pensar que es inevitable. No lo sé pero espero que no gane, si lo hace, me sentiré culpable. Impotente.

No puedo entender como nos pueden manipular unos cuantos para decirnos que pensar.  ¿Por qué yo no puedo hacerlo?.

Ya no tomare tanto café.

Creo que es por eso la especialización, abordar la realidad, mejor dicho, intentarlo, es imposible.

Sí, estudio sociología.

Siento como la venda se cae, poco a poco, pero me enceguece una luz, la razón, tal vez. Pero como dice Saramago, ceguera blanca o ceguera negra, es igual, no hay diferencia. Estás ciego.

domingo, 15 de abril de 2012

Tenemos que hablar.

Tenemos que hablar, ya no podemos postergarlo, más, aún más.

Ya no podemos ser indiferentes, la realidad nos engulle sin darnos cuenta, casi en la indiferencia. Tenemos que hablar de lo que nadie ve, de lo que nadie escucha, hay que ver al otro, ver a los demás. Decir lo indecible, darle voz a los invisibles.

Creo que la situación ya no es tolerable, la depresión ya es profunda. No podemos ocultarlo más, las manifestaciones de la enfermedad se agravan.

La política ya no sirve a la población, ahora se postra ante la economía, sin oponer resistencia, sin pedir nada a cambio. Se sacrifican paises, sociedades ante el nuevo Dios económico. Es impresionante ver.

Tenemos que hablar de lo indecible, ya no alcanzamos a dimensionar lo que pasa a nuestro lado, todo va, todo regresa, todo sin pedir permiso a la razón. Tenemos que poner al servicio de lo humano lo político y lo económico.

Tenemos deudas que pagar, no sólo al FMI y al BM, sino a los pueblos indigenas, a los origenes de nuestro país, tenemos que reinvindicar, voltear la mirada a lo recondito, allá donde no llega la luz del canal de las estrellas.

Hay que ser incluyentes, no más segregaciones entre iguales, poner el centro al otro, descomponer la unidad en dos, pensar en plural para actuar por los demás, construir un nosotros. En el país se avecina un nuevo ciclo de eleeciones, tenemos que tomar partido, como dijo Sabina, no dejar la política en manos de los políticos, es demasiado importante.

Empezemos hablando, comprometiendonos, en cada espacio a buscar la unidad para buscar equilibrios y balances, no sólo económicos, sino de justicia social.

Sostengo que no tenemos idea de lo que está en juego en la elección, comenzemos a hablar de ella.