viernes, 27 de julio de 2012

Los cantos de la sirena


Diversas voces piden a coro que la izquierda madure, que sea moderna, que deje esos sueños guajiros de igualdad y justicia social y que se adapte a su realidad, que deje de pensar en regular la economía mediante el Estado, esas son ideas arcaicas, mejor que se sume a la sumisión al libre mercado y tal vez, sólo tal vez, logré, algún día muy lejano, ganar una elección presidencial en México.

Diversos opinadores dicen que la democracia se basa exclusivamente en que el perdedor numerico de las elecciones acepter sin chistar los resultados presentados por las instituciones, en este caso el IFE, ya que fuerón ejecutadas, que no organizadas, por ciudadanos y esto hace imposible, así, con seguridad absoluta, como si fuera mantra de fe, la comision de un fraude. Y  que quien no asuma una actitud sumisa ante lo visto automaticamente se convierte en un revoltoso, en un agitador comunista que busca romper con el orden institucional, lo que signifique eso.

Y en el mismo tenor correctivo, con voz de padre lleno de experiencia y con animos de normar, las columnas de los principales periódicos mexicanos dicen qué debe de hacer la izquierda electoral mexicana.

Pero quienes piden que la izquierda evoluciones están viendo y no ven, piden lo que ya está, anhelan lo presente, ahí está a la vista de todos, la izquierda moderna, aquella que por su misma concepción modernista, olvida, desprecia, o tal vez ignora, la historia, su pasado, el camino andado. La postulación, por parte del PT, de Manuel Bartlett Díaz, por el cual voté en un extraño ejercicio de voto útil para evitar que Javier Lozano llegará al Senado, es su manifestación maxima.

 Gritan que la izquierda deje de buscar bases en los  movimiento sociales, eso ya no, está out,  eso es de otra época, dejemosle la política nacional a los políticos profesionales que el pueblo, de ella, nada sabe.

Así pues, esa izquierda madura ya está entre nosotros. La encarnan aquellos diputados electos que no levantan la voz y exigen la limpieza de la elección, quienes parecen decir, ya gané, haiga sido como haiga sido, y lo demás no me importa. También quienes ganaron una gubernatura, el ex-priísta Arturo Nuñez, por Tabasco, y Graco Ramírez en Morelos ya tienen la mira puesta en el futuro, asisten a la CONAGO convalidando el triunfo virtual de EPN, mirando al futuro y no al pasado, no vaya a ser que los recursos no bajen y entonces sí, habrá problemas. Una izquierda que privilegie los fines sin pensar que los medios pueden pervertirlos.

Y poco a poco, esa ¨nueva izquierda¨ va ganando terreno, los políticos buscan entrar en amasiato con los opinadores buscando que su imagen sea mostrado como el signo del progreso intelectual, del bienestar material venidero todo para reafirmar la política impuesta por Calderón y su grupo cercano, hay que llegar al poder, haiga sido como haiga sido.



lunes, 16 de julio de 2012

Jugar de visitante


Ayer la Universidad Nacional Autonóma de México publicó los resultados del segundo y último concurso  de admisión para licenciatura. Según las estadisticas, sólo el 10.3% lograron su ingreso, es decir, de  62 mil 682 aspirantes unicamente ingresarón 6500 muchachos.

En lo personal, creo que el bajo porcentaje de admisión en la Universidad es algo injusto y que no se justifica. Sin obviar la cuestión del presupuesto, que debería aumentar año con año y no ser regateado, la Universidad necesita abir más campus, no sólo en el DF, sino en provincia.
Para alguien del interior es un gran esfuerzo ingresar y mantenerse ahí, no sólo económico, sino personal, desprenderse de comodidades y de la compañia familiar.

Presentar examen es como jugar de visitante, es ir a una ciudad ajena, enorme, que te recibe con las fauces abiertas, con un ritmo de vida frenetico. En la sede, el público está contra tí, tus compañeros de aventura caminan con resignación, como quien va al paredón de fusilamiento. El ambiente es tenso, en tres horas se juega el trabajo de años, en un examen están puestas las esperanzas de familias entereas de conseguir un futuro mejor. Es ir a perder para regresar con el triunfo en la mano. Vencer con todo en contra.

Sólo 6500 jovenes ingresaron y para los demás empieza un periodo de incertidumbre y preocupación, de no saber qué sigue. La mayoría de la población estudiantil de la UNAM es defeña, pocos son quienes logran el ingreso vía examen y cuando se logra, se convierte en un orgullo, en motivo de inflar el pecho y decir yo sí pude.

El pase reglamentado, que ya no automático, debe regularse. Dependiendo del promedio el alumno puede ingresar a determinados planteles y carreras, promedios de 7.0 pueden mantener su lugar hasta por un año después del egreso del bachillerato. No soy de la idea de elimar dicho derecho pero sí debe ser encarecido. Mucha gente de provincia lleva a estudiar a sus hijos el bachiller al DF para que el ingreso sea más sencillo, saben que el examen de admisión es filtro que pocos logran batir.

Quienes logran el ingreso se desprende de un contigente que poco a poco se va desintegrando, algunos se quedan en el intento, otros no salen de su entidad natal, se adquiere una enorme responsabilidad, la de demostar que mereces estar ahí, no fallar. La diferencia en la calidad educativa es abismal, la UNAM no es sólo una universidad, significa la oportunidad de acceder a una cultura más amplia.

La alta demanda de la que es objeto la UNAM es un reflejo más de la centralización que se vive en el país, en una sola ciudad se concentran la mayoría de los campus de la UNAM, IPN y UAM. Sin duda, se debe de aumentar el presupuesto a éstas instituciones, abir más espacios, y terminar con la visión de que la educación es un gasto, que deje de ser una inversión para convertirse, ahora sí, en un derecho garantizado.





lunes, 9 de julio de 2012

¿Quién es el culpable?

Los computos distritales del IFE han terminado y ya sólo falta que el TEPJF, en caso de declarar valida la elección presidencial, entregue la constancia de mayoría a Peña Nieto para que éste alcanze, por fin, el status de presidente electo.

La imposición de Peña Nieto era algo que se veía venir desde tiempo atras, desde el 2009 más especificamente, y la premura con la que fue ungido por Calderón, Leonardo Valdez y las televisoras la noche del primero de Julio no fue más que el tiro de gracia de un proceso bien armado, con alevosía y ventaja, por las cupulas económicas que impulsan al priísta.

El último camino, por la vía legal, para que se haga un poco de justicia es que TEPJF declare invalida la elección y ordene que ésta se repita. El proceso previo a las votaciones estuvo plagado de irregularidades, rebase de topes de campaña, compra y coacción del voto, inequidad en el trato de los medios de comunicación para con los candidatos y un largo etc. Pensar que la anulación es posible es, tal vez, pecar de ingenuidad.

Pero, a pesar de todos los bemoles, ¿qué fue lo que nos falto para dar esa diferencia amplia entre AMLO y EPN que haría de la victoria del tabasqueño un hecho inobjetable?

Desde antes del inicio oficial de las campañas, el 30 de marzo, ya sabíamos a los que nos enfrentabamos, la promoción descarada de Peña Nieto por parte de la TV no era algo nuevo, las encuestas copeteadas, que al final fueron evidenciadas por la falta de certeza en sus mediciones, y los ríos de dinero por parte del PRI era algo previsible, me atrevo a decir que hubo muy pocas sorpresas. Siendo así, ¿qué nos falto?

La presente elección estaba llamada a ser histórica, sería la primera vez que la izquierda ganaría la presidencia de la República, estaba la mesa puesta pero no sucedio. El desastre provocado por el PAN, 70 000 muertos y contando, y los 71 años del PRI era el marco perfecto, el descontento con la mal llamada clase política tradicional era enorme, ahora sí, nos deciamos, vamos a ganar. Teniamos candidato, las redes sociales estaban bajo control de los simpatizantes de la Coalición, ¿entonces, qué paso?

Si estaba todo a nuestro favor, ¿por qué no ganamos? Muchas seran las justificaciones, culparemos, y con razón, al IFE por su parcialidad e incapacidad de actuar, pero también es justo mirar hacia dentro y ver que nos falto, en qué fallamos. Tal vez como en el 2006, muchos no fueron a votar, otros prefirieron quedarse con su estatus de ilustrados y no hacer ningún comentario, otros creimos que con nuestro esfuerzo era más que suficiente.

Sería injusto no reconocer el esfuerzo de todos quienes participaron activamente en Morena y de quienes, en forma independiente, hicieron su contribución. Fueron muchas horas invertidas, muchas ganas y energia pero sobre todo, muchas ilusiones y deseos de generar un cambio por la vía electoral.

El juicio final dependera de cada quien y se hará de manera personal. Tal vez era ingenuidad la nuestra al pensar que el triunfo sería reconocido sin luchar, sin movilización. En el 2006 el fraude fue después de la votación, en 2012 fue, fundamentalmente, antes de ella. Es momento de la autocrítica y ya, desde ahora, empezar a preparar el 2018.

sábado, 7 de julio de 2012

Un daño colateral más.


Pues, ¿qué decir? está interesante el debate en redes sociales sobre lo que sucede con la boda de Eugenio Derbez. A fuera de la iglesia está una multitud manifestandose, los gritos de ¡fraude, fraude!se colaron por la transmisión en vivo y llegaron a todos los hogares.

Muchas son las voces que dicen que el hecho de ir a protestar a una boda es, por decir lo menos, de mal gusto. Los argumentos moralinos han salido a la luz una vez más y piden que dejen de incomodar, de gritar en un evento privado de indole religioso, un suceso trascendental para la vida de los novios. Ahora, creo que al permitir que la boda sea televizada ésta pierde toda su privacidad, si bien los invitados cercanos están ahí, entre los muros de la iglesia, los millones de expectadores televisivos hacen de la transmisión un acontecimiento público, masivo, a escala nacional y no solo local.

Y miren, qué cosas, en México una boda entre actores sí amerita una transmisión en vivo, por el Canal de las Estrellas, por si quedaba alguna duda,  pero el primer debate presidencial puede pasar desapercibido, o en el mejor de los casos, relegado a otro canal con menos audencia y cobertura.

En lo personal me inclino por la postura de que no se debio ir a gritonear afuera del evento, sobre todo porque el hecho se convertirá en futuras declaraciones televisivas de intolerancia por parte de los manifestantes. No sé qué pensar, una televisora que siempre ha negado los microfonos y las cámaras a quienes protestan se enfrenta a esto, una multitud indignada gritando, como unica vía de desahogo, contra el viciado proceso electoral y la imposición anunciada.

Pobre Derbez, él y su boda se han convertido en, para usar un termino del actual sexenio, un daño colateral del actual proceso electoral, espero que con el tiempo sepa entender la frustración, enojo y molestia de quienes protestan, sin duda la manifestación no es contra él sino contra Televisa, él paga los platos rotos.

Los gritos de fondo parecen decir: si nos dejan soñar, no los dejaremos dormir.

lunes, 2 de julio de 2012

Nota 1

Ayer quedo sellado mi compromiso. Me levante a las 7:20 am y me fui directo a mi casilla, no quería que nos volviera a pasar lo del 2006, que no llegaban algunos funcionarios de casilla designados y su lugar era tomado, convenientemente, por maestros del SNTE formados desde temprano. Eso quise evitar, y lo logre.

No llego el Secretario y como primer ciudadano en la fila para votar me toco tomar su lugar, fui segundo escrutador improvisado. Se desarrollo la jornada electoral y al final, contamos los votos, los resultados son conocidos y puedo asegurar que ahí, en esa casilla, la 1era contigua del distrito 9 de Puebla, sección 1012, no hubo fraude, no hubo carrusel o ruleta.

Esa fue la firma que estampe a una etapa de lucha, dí todo de mi, estoy tranquilo conmigo. Promovi el voto, intente convencer a los indecisos de que AMLO, por descarte, era la mejor opción y que el regreso del PRI era lo peor para el país pero, al parecer, no fue suficiente.

A la salida de la votación me dolia mi cuerpo, mis globos oculares y mis pantorrillas sobre todo, y llego a las redes sociales buscando informarme de cómo van las cosas y ¿qué me encuentro?, desanimo y burlas. Desanimo de quienes, al igual que yo, creyeron en un proyecto y burlas hacia quienes se involucraron en él. Todos aquellos que se burlaban no festejaban la victoria de Peña Nieto sino la derrota, no definitiva, de Andrés Manuel López Obrador y de todos aquellos involucrados en su movimiento. La alegría no era por la victoria del proyecto apoyado sino por la derrota del contrario, aquel que se atrevio a cuestionar sus formas de pensar, la derrota de quienes pelearon la guerra que a todos correspondía.

Una vez más, como en el 2006, surgen las voces que piden respetar a las sacras ¨instituciones de la república¨, aquellas que, dicen, hemos construido entre todos y con mucho esfuerzo.  Piden unidad en torno a ellas, piden callar, piden dejar de críticar, de cuestionar, confunden unidad con unanimidad, con una visión unica, y vaya, qué contradicción, quien pide unidad, en el sentido de ellos, quiere establecer una verdad absoluta, reniega de la diversidad propiamente social.

Y así el escenario de 2006 se reedita, personajes distintos pero misma trama, imposición mediatica y crucifixión a quien se atreve a disentir. El ejercito de comunicadores se une en torno a una sola voz, la oficial, la que dice que todo se desarrollo en calma, la que ignora a más de 60 000 muertos, y dice que todo va bien.

Pensar que no habría conflicto post - electoral era pecar de inocencia. El proceso estuvo lleno de iregularidades avaladas, de manera implicta, por el silencio del IFE y la PGR, se intento ser imparcial ejerciendo la omisión descarada. Así un proceso viciado desde el inicio culmino en lo que todos sabemos, dando por ganador a un personaje patrocinado por los medios y las cupulas partidistas.

Felipe Calderón salió rapidamente a reconocer al supuesto ganador, se cumplia la alternancia, se consolidaba la democracia, se impuso el bipartidismo. Así quien ostenta el poder salió a convalidar al heredero ignorando los computos distritales pendientes. Y el ganador impuesto, desde hace más de tres años, dice que ejercera una presidencia democratica cuando llego impuesto y sin el aval de ella.

Se vienen tiempos oscuros, de agitación y nubarrones. Una vez más la legitimidad de un gobernante es puesta en duda, como es costumbre desde el fraude del 88, con la excepción de Fox, y se avecina un proceso de certificación mediatica de ella mientras en las calles hay molestia, hartazgo y desilusión.